El lipedema es una patología de la grasa subcutánea, muy poco conocida por la mayoría de las personas. De hecho, la Organización Mundial de la Salud no la ha incluido en la Clasificación Internacional de Enfermedades hasta 2018 (Lipedema, código EF02.2 en el CIE-11), y en España aún no está cubierta por la Sanidad Pública. Afortunadamente, en los últimos años se están realizando múltiples estudios para obtener un diagnóstico y un manejo adecuado.

El lipedema consiste en un aumento de la grasa subcutánea con características particulares (criterios de Wold): Se manifiesta en miembros inferiores (pudiendo afectar en un tercio también los miembros superiores, respetando el tronco); se da casi exclusivamente en mujeres, no afecta los pies. Afectación simétrica y bilateral. Dolor y sensibilidad al roce. Hematomas. Hinchazón persistente a pesar de que se pierda peso.

Clasificación

Tipo 1: Glúteos y muslos
Tipo 2: Hasta las rodillas
Tipo 3: De caderas hasta los tobillos (el más frecuente)
Tipo 4: Brazos y piernas
Tipo 5: Sólo afecta a los gemelos

Acerca del origen del lipedema, actualmente existen varias hipótesis, aunque aún no están demostradas.

Existe una posible SUSCEPTIBILIDAD GENETICA combinada con INFLUENCIA HORMONAL (alteraciones microvasculares y linfáticas) que llevan a un engrosamiento del tejido graso. Ya que el lipedema existe casi exclusivamente en mujeres y aparece desde la pubertad, se han establecido teorías relacionadas con alteraciones de los estrógenos y la progesterona.

SUSCEPTIBILIDAD GENETICA: Hasta 60% de los lipedemas son hereditarios.

Lipedema primario: Hereditario (herencia autosómica dominante con penetrancia incompleta limitada al sexo). Actualmente se postula la mutación de un gen llamado AKR1C1. Codifica una enzima alfa-keto reductasa 1C1, que controla el paso de progesterona a 20-alfahidroxiprogesterona (forma inactiva de la progesterona). Al alterarse el gen, hay más progesterona activa y se acumula grasa en el tejido subcutáneo.

INFLUENCIA HORMONAL: Los estrógenos modulan el metabolismo del tejido adiposo blanco a través de los receptores de estrógenos ER ligados a las proteínas ER-a y ER-b.

En el lipedema existe un patrón alterado de las proteínas ER-a y ER-b en los adipocitos lipedematosos. Esta alteración sería responsable de la distribución ginoide (distribución de la grasa típicamente femenina, mayor en glúteos y extremidades inferiores).

Los estrógenos regulan la lipolisis y lipogénesis (generación y destrucción de la grasa). En la menopausia bajan los estrógenos y cambia la distribución de ginoide a androide, es decir, cambia de “forma de pera” a “forma de manzana” con mayor grasa abdominal, como en los hombres. En el lipedema se mantiene la distribución ginoide.

Los estrógenos actúan a nivel central sobre el hipotálamo, regulando el apetito y el gasto energético, por lo que en el lipedema estarían alterados (mayor apetito, menor gasto energético).

En el lipedema, a nivel periférico hay más lipogénesis, menos lipolisis y continúa la distribución ginoide.

Otro componente importante del lipedema es la microangiopatía, es decir, alteración de los vasos sanguíneos. Se forman capilares alterados en la piel, más frágiles, que predisponen a salida de líquido a los tejidos, aumento de la presión y posible fallo linfático. Esta alteración de los vasos sanguíneos también condiciona una manifestación clínica importante, que son los hematomas en la piel.

La adipogénesis o mayor formación de células grasas deriva en menor aporte de oxígeno a estas células, generándose inflamación y fibrosis del tejido. En resumen, se forma una mayor cantidad de grasa, que además está inflamada y es difícil de quemar.

Estas hipótesis no están demostradas, pero nos orientan que existe un origen concreto del lipedema, que es una enfermedad importante y deben continuarse estos estudios.

Diferentes etapas del Lipedema

 

A nivel de diagnóstico, como el lipedema es poco conocido en la sociedad, incluso dentro de la comunidad médica, muchas pacientes no tienen un diagnóstico preciso, confundiéndolo muchas veces con otras patologías de la grasa como obesidad, lipodistrofia o linfedema.

Pese a múltiples estudios, no existe una prueba diagnóstica clara, debiendo ser el equipo medico muy meticuloso con la historia familiar y el examen físico.

Dentro del estudio diagnóstico, se mide el índice altura-cintura (ICA), que es más fiable que el índice de masa corporal (IMC).

Los criterios clínicos más importantes son:

Afectación simétrica de las extremidades
NO afecta pies
Desproporción tren inferior respecto a superior
Hematomas con facilidad
Doloroso

El diagnóstico es principalmente clínico, aunque es importante realizar estudios (ecodoppler, en algunos casos linfogammagrafía) para descartar insuficiencia venosa, daño linfático, que pueden establecer diagnósticos diferenciales y además ayudan a orientar una posible cirugía (por ejemplo, descartar varices previo a la cirugía).

El diagnóstico y el manejo son multidisciplinarios. Las pacientes deben ser valoradas varios profesionales como Cirugía Vascular, Endocrinología, Cirugía Plástica, y el manejo también es multidisciplinar. El lipedema no tiene cura, pero pueden minimizarse los síntomas y molestias; para ello hay que seguir un control estricto de la dieta, ejercicios, medias de compresión, y en casos seleccionados, se puede realizar cirugía por parte de un Cirujano Plástico para disminuir la grasa inflamada del lipedema.

El manejo quirúrgico del lipedema se realiza mediante liposucción del tejido subcutáneo en las extremidades; la liposucción del lipedema requiere una tecnología y una técnica concretas, específicamente el sistema WAL (Water- Jet Assisted Liposuction o Liposucción Asistida por Chorro de Agua). El WAL consiste en un dispositivo que permite infiltrar chorros de agua que disgregan las células grasas y las aspira al mismo tiempo, siendo una técnica poco traumática y que respeta los vasos sanguíneos, nervios y vasos linfáticos.

Tras la cirugía, es vital un correcto manejo de la dieta, ejercicios específicos, medias o mangas de compresión y fisioterapia. En este apartado existe el drenaje linfático y la aplicación de radiofrecuencia (Indiba) para mejorar los resultados.

Para resumir, el lipedema es una entidad propia, poco conocida, que requiere un diagnóstico precoz y un manejo concreto, dentro del cual los Cirujanos Plásticos podemos ser parte importante para mejorar la calidad de vida de estas pacientes.

Dr. Diego Navea Pérez | Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva en Málaga.